sábado, septiembre 07, 2019

Reflexiones sobre la industria petrolera venezolana,... Y algo mas. (Parte I Y II)

Reflexiones sobre la recuperación petrolera (parte II)

Por Juan Fernández -septiembre 7, 2019

Como premisa e insistiendo en la recuperación petrolera, es imprescindible que los esfuerzos del país se dirijan a tener un modelo económico diversificado y generar riqueza para que todos los ciudadanos, por igual, tengamos un Estado del bienestar aceptable y de oportunidades. Las reflexiones sobre la recuperación en pleno siglo XXI deben no solo estar enfocadas en el petróleo, sino en ser un país productor de energía, con un proceso de transformación que nos permita insertarnos en los cambios globales y con una visión de futuro del país que debemos ser.
Sin embargo, tal como hemos indicado, a corto plazo tenemos que utilizar los ingresos petroleros y la estructura de la maltrecha Pdvsa como palanca de cambio. Hay una serie de esfuerzos muy notables, entre ellos, los de la Gente del Petróleo, quienes han venido trabajando en planes a fin de atender la situación de emergencia en la que se encuentra la empresa para, en el menor tiempo posible, restablecer al menos la normalidad y ejecutar acciones que vayan recuperando su capacidad operativa.
A lo anterior se suman propuestas de una serie de grupos de profesionales y de personas conocedoras del sector. Hay un consenso sobre la necesidad de la inversión privada tanto nacional como internacional en las actividades productivas de la economía, indispensable para el negocio de los hidrocarburos.
Nuevo borrador de la Ley de Hidrocarburos
Circula un nuevo borrador de la Ley de Hidrocarburos. Hubiese preferido que ese documento fuera más amplio para incluir el concepto de energía integrado al sector de los hidrocarburos; promover e incentivar la investigación y desarrollo para prolongar la vida útil de los hidrocarburos; desarrollar los sectores conexos con su efecto multiplicador en la demanda de bienes y servicios, incluyendo el estímulo del mercado de capitales y del sector financiero, a objeto de dejar de ser una economía dependiente, en exclusiva, de la renta del petróleo.
Obviamente, el instrumento legal debe considerar las circunstancias actuales del país, sus necesidades a corto plazo y las perspectivas a mediano plazo sobre el área de los hidrocarburos para ser efectivo. Sin duda, es importante el cambio de paradigma de nuestro tradicional pensamiento político acerca del petróleo, el mundo está inmerso en un cambio estructural del petróleo, tanto desde el punto de vista de suministro, como de patrón de consumo, los propios socios de la OPEP repensando sus economías. Por lo tanto, los instrumentos de política petrolera deben en consecuencia ser ágiles y adaptarse a la única constante que vivimos, el cambio.
No obstante, el borrador ha incorporado mejoras, aclara la participación del sector privado y hace énfasis en la producción de petróleo dentro de la cadena de valor del negocio. En él se describen en detalle las funciones de la Agencia Venezolana de Hidrocarburos, ente que se encargará de regular, ejecutar, evaluar la participación del sector privado precisamente en este sector. A su vez, Pdvsa será un participante en condiciones de competitividad con las otras empresas que operan en este ámbito.
Ciertas actividades, hoy delegadas al ministerio, pasarían a formar parte de la AVH, sobre todo en lo relacionado con la asignación de áreas, asuntos acerca de incentivos para la economía de los negocios, por ejemplo, a través de la regalía. Es decir, este ente será fundamental y con una influencia significativa en el proceso de inversión.
El documento hace énfasis en lo relativo a la exploración y producción, además de que establece lo que denominan “contratos de delegación de producción”, pero también se incluyen las otras fases del negocio petrolero, como refinación, distribución y mercado interno. En cuanto a la estructura del organismo, se incluye la designación de miembros por parte del Ministerio de Hidrocarburos y del de Finanzas. En total, serían cinco los miembros que integrarán la directiva.
He de insistir: hay que incluir una visión del negocio que permita moverse hacia el concepto de integración horizontal, como es lo relativo a la generación y distribución de electricidad, así como promover el mercado de capitales para una participación más directa de los ciudadanos en el negocio. También en las actuales circunstancias se requieren establecer mecanismos para facilitar el swap de deuda de la república y de Pdvsa por su participación en los procesos de inversión privada.
Tres consideraciones adicionales sobre el borrador, partiendo del hecho de que se esté de acuerdo en la necesidad de un ente enfocado en las tareas respecto a la participación del sector privado. Primero, a corto plazo, mientras se implementa la AVH es Pdvsa la que tendrá que tomar ciertas medidas de estimulo y de mayor participación del sector privado, como por ejemplo la disminución de su participación en las asociaciones de la faja. Segundo, recomendaría que estuviese claramente definido el financiamiento de la AVH por la vía de la autosuficiencia financiera y debido a sus actividades. La tercera tiene que ver con el concepto de discrecionalidad del funcionario, pues es obligatoria la transparencia para el proceso de toma de decisiones en cuanto a los esquemas de calificación y  selección de participantes, adjudicación de actividades, áreas, contratos, etc. La transparencia es lo que dará confianza al país y a los inversionistas. Hay organismos similares en la región que comenzaron siendo muy eficaces, pero que posteriormente se burocratizaron y no están dando los resultados esperados. De hecho, se politizaron perdiendo el rumbo para el que fueron creados, lo que no debe ser el caso de la AVH cuando esté en funcionamiento.
Deuda-refinanciamiento del sector hidrocarburos
Evidentemente uno de los mayores problemas y retos que tiene el país por delante es resolver el tratamiento de la inmensa deuda heredada de la supuesta revolución, una pesada deuda financiera que está por encima de los 125.000 millones de dólares, a la cual se le deben sumar toda la deuda comercial, cuyo monto es también de miles de millones, las compensaciones por las expropiaciones, la crisis humanitaria y las necesidades de financiamiento para reactivar la economía.
Con vistas a la recuperación económica, es necesario tener acordado y negociado el refinanciamiento de la deuda con acreedores, y será una solución que incluirá diversas opciones financieras. Será esencial acordar el respaldo  de organismos multilaterales y del sistema financiero a fin de impulsar las reformas económicas imprescindibles que se requieren y la obtención de dinero fresco.
Es importante señalar que los organismos multilaterales, a saber, el FMI, el Banco Mundial y el Banco Interamericano de Desarrollo son fuente de financiamiento para programas y proyectos de desarrollo, de infraestructuras para mejorar la calidad de vida. Poseen esquemas para  programas con préstamos blandos y serán necesarios para aliviar la crisis humanitaria. Esta negociación seguramente llevará implícita una quita, reformas y restructuración del tamaño del gobierno y estará sujeta a un monitoreo de su evolución y resultados.
Centrados en la recuperación de la industria petrolera, obtener financiamiento por la vía de los multilaterales (FMI, BM, BID), con miras al sector petrolero, no es una opción; estos organismos no realizan préstamos para esas actividades. Sin embargo, tener acuerdos con ellos será un respaldo notorio para la decisión del sector privado de invertir en el sector de los hidrocarburos.
Una condición que debe ser evaluada y considerada por el sector privado  para invertir tiene que ver con el denominado “riesgo país”. Como todos sabemos, a mayor riesgo, mayor costo financiero, y naturalmente esto afecta la competitividad de Venezuela. A tal efecto, la cobertura de riesgo a través de bancos de exportación, en especial de los países con empresas petroleras y de servicios, será clave. La cobertura de riesgo país facilitará la inversión privada, hará competitivo el costo de buscar recursos en el sistema financiero para invertir en Venezuela. Para hacer efectivo este mecanismo es una tarea muy importante lograr el acuerdo con los gobiernos que poseen estas facilidades. Si tomamos en cuenta aspectos como tecnología, portafolio de inversionistas, empresas petroleras y de servicios, sector financiero, tenemos que considerar como prioritarios, organismos como el USA Eximbank y OPIC, los cuales pertenecen a la estructura del gobierno de Estados Unidos y son adscritos al  Departamento de Comercio y del Tesoro. También se deben incluir, por ejemplo, el JBIC de Japón, el Coface de Francia y hasta China con su Exim Bank.
Un tema de alta preocupación en el ambiente actual con implicaciones para el proceso de recuperación son  los bonos Pdvsa 2020, pues para el próximo mes de octubre se deben cancelar 914 millones de dólares a sus tenedores y los cuales incluyen como garantía colateral 51% de las acciones de Citgo. Es evidente y esperado que Pdvsa no hará ese pago y por otro lado es difícil que Citgo tenga disponible esa cantidad de dinero para protegerse de las acciones de los tenedores de bonos; por tanto, el incumplimiento “default” es lo más probable. Para algunos voceros del presidente Juan Guaidó, Citgo estaría protegida con la orden ejecutiva del presidente Donald Trump, y ningún acreedor podrá tomar las acciones de Citgo. Sin embargo, en mi opinión, en Estados Unidos funciona la separación de poderes y los acreedores tienen la obligación de ejercer sus derechos, las posibilidades de que Citgo se vea afectada son bastante altas. Lo más probable sea una  decisión judicial otorgando a los acreedores en su reclamo las acciones, el momento para la ejecución de la acción dependerá de la decisión que tome el juez al respecto. Esta acción pondrá a los demás acreedores de la república y de Citgo en alerta para tomar medidas de protección de sus deudas. Un asunto crítico, producto de  la pésima y corrupta gerencia de Pdvsa de la supuesta revolución,  pues en lo que respecta a Citgo, motivado por un sesgo ideológico desde la llegada de Chávez, siempre buscaron deshacerse de ese activo, ubicado en el mercado que mejor paga el crudo venezolano.
Reflexión final
Todo este esfuerzo que debemos hacer como país para cambiar, modificar, reformar el modelo de vida que nos merecemos los venezolanos e insertarnos debidamente en el siglo XXI, necesita mantener los principios y valores en su norte, reconocer el conocimiento, liderar con el ejemplo, premiar el trabajo honesto, mantener la meritocracia y dar la confianza del voto a los servidores públicos que demuestren cómo el interés general está por encima del particular y cumplen su función de crear bienestar para los ciudadanos.
La responsabilidad compartida es evidente para lograr el objetivo. El país requiere la responsabilidad política para el proceso de cambio y la capacidad para el manejo de sectores tan importantes como el de los hidrocarburos, por medio de un capital humano centrado en sus tareas, con una gerencia profesional, a la que se le deben exigir resultados y gestión para agregar valor, sin que esté sujeta al vaivén la malentendida lealtad política, como hasta ahora ha ocurrido.
Creo firmemente que todo el país quiere salir de los vicios del “quítate tú para ponerme yo” o de una lealtad malentendida prodigando aquello de que “estás en ese puesto porque yo te puse”. Todos entendemos y sabemos la importancia de contar con el concurso de los mejores, lo cual, por cierto, no es un tema generacional. Sabemos que hay muchas cosas por arreglar, entre ellas, el financiamiento transparente de los partidos políticos para no estar sujetos a intereses particulares.
Siento que el país estará muy atento a la actuación y los resultados de los responsables políticos y gestores. No es aceptable el espacio para equivocarse en un momento tan crítico para nuestra Venezuela.

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Parte I

Reflexiones sobre la recuperación petrolera (I)
 -
agosto 24, 2019

La discusión sobre el modelo que se debe seguir para recuperar la industria petrolera es, dentro de la agenda económica del proceso de cambio, un asunto clave para nuestro país. El cambio hacia un gobierno democrático es indispensable, con un instrumento legal para darle impulso y estabilidad al sector y con reglas de juego claras. Como todos sabemos, para recuperar la industria petrolera es necesario el sector privado nacional e internacional, cuya participación debe estar en todas las fases del negocio: exploración, producción, refinación, transporte, muelles, terminales, etc.
No obstante, como país debemos haber aprendido la necesidad de una reforma del modelo económico para lograr el objetivo de prepararnos hacia una economía sin depender del sector petrolero como única fuente de recursos externos y bajo el monopolio del Estado. Ya no tan solo por razones que tienen que ver con un escenario prolongado de precios bajos del petróleo, sino que además está la realidad sobre el cambio en el  consumo de los combustibles fósiles. Veremos  dentro de poco los motores de combustión que usan gasolina y diésel como piezas de museo.
Muchos colegas petroleros y diferentes sectores han trabajado, discutido y aportan ideas sobre este tema, a fin de que sea plasmado en la Ley de Hidrocarburos para que luego se adapte a la realidad económica de Venezuela y al negocio de la energía. En todo caso, las consideraciones y reflexiones sobre la recuperación petrolera requieren estabilidad, permanencia, para atraer los capitales; la transferencia de tecnología, los mercados y, naturalmente, un giro significativo de transparencia, con el objeto de que sean efectivas y de que, a corto plazo, se generen recursos imprescindibles para salir de la crisis.
Esto se debe hacer con una visión de avanzada, futurista, incorporando los cambios del mundo de la energía. En conclusión, el cambio requerido no solo debe ser coyuntural, sino estructural. A continuación, algunas consideraciones para la discusión:
Los vecinos también juegan
Dentro del contexto actual del mercado petrolero, Venezuela ha perdido posicionamiento e importancia como actor. Así, la mejor evidencia de cómo ha perdido capacidad de producción está en el hecho de que pasó de ser un productor de 3,4 millones de bpd a un productor, hoy, de 740.000 bpd y cayendo. El balance de suministro mundial no se ha visto afectado significativamente, en términos volumétricos. Una señal de cómo el cambio estructural del mercado ha sido influenciado por productores es el caso de Estados Unidos, hoy el mayor del mundo, con 12 millones de barriles por día, a lo cual se suma el uso de nuevas técnicas para recuperar las reservas.
En consecuencia, debemos tener claro cómo incluso nuestros países vecinos son opciones de inversión para la explotación petrolera. Entre los cercanos tenemos a Colombia, Brasil, Trinidad y Guyana, pero también están Ecuador, Canadá, México y Estados Unidos. Si las condiciones legales, fiscales y comerciales de Venezuela no son competitivas, los vecinos son más atractivos, la decisión de inversión para Venezuela se verá afectada, y favorecerá a esos países y a otros productores dentro del contexto mundial.
El instrumento legal y las condiciones por implementarse deben tomar en cuenta esta realidad del entorno. No caigamos en el paradigma de pensar que diciendo que tenemos las mayores reservas de petróleo del mundo es suficiente condición para atraer la inversión. Como sabemos, la mayor parte de las reservas son de crudo extrapesado, y para tal fin se requieren cantidades significativas de inversión del sector privado, con el propósito de producir y hacer comercial el petróleo de la faja del Orinoco. De nuevo, las reglas de participar en el negocio deben ser claras, estables, bajo esquemas transparentes (cero corrupción) y de competitividad.
Hacia el negocio de la energía
Cada día serán mayores las regulaciones en cuanto a la calidad de productos derivados del petróleo para controlar el efecto de las emisiones. Los países, sea por la vía de acuerdos multinacionales o por iniciativas internas, imponen regulaciones y son una realidad para quedarse. No olvidemos cómo el costo en la mejora de la calidad de los productos derivados de los hidrocarburos recae mayoritariamente en los productores y nosotros somos un productor. Consideremos cómo el sector transporte acelera los cambios en la fabricación de automóviles, camiones, aviones, etc., luego, las alternativas energéticas a los hidrocarburos son cada día más eficientes y competitivas.
Como consecuencia de lo anterior, las empresas del sector petrolero se transforman y adaptan a las nuevas realidades, incluso pretenden asociarse con la industria automotriz para buscar alternativas y se transforman con miras a aumentar su alcance, pasando, con ello, de ser empresas petroleras a empresas energéticas. Tomar en cuenta estas realidades dentro de la política petrolera y de sus instrumentos legales es fundamental.
Dos aspectos con relación al concepto del negocio de energía: primero, una integración horizontal del sector petrolero para combinar la producción de hidrocarburos y la generación/distribución de electricidad. Hay ejemplos en la región de proyectos integrados, y que además han contado, como el caso de México, con facilidades de financiamiento internacional muy atractivas para su desarrollo. Hacia allá se están dirigiendo ExxonMobil, Shell, BP, etc.
Venezuela es potencialmente un oferente de energía eléctrica a la región, aun a pesar del desastre en el cual se encuentra hoy el sector eléctrico. Otro ejemplo por incluir es nuevamente el sector petroquímico para agregar valor a corrientes de refinación, un objetivo que muchas veces se ha intentado, pero que sigue siendo una meta por conseguir.
En segundo lugar, la manera de transformar y agregar valor al sector energético es a través de investigación y desarrollo, inclusive esto podría ayudar a prolongar la vida útil de los hidrocarburos. Recientemente, unos investigadores del Canadá han podido extraer –de manera económica– hidrógeno de los bitúmenes, una alternativa como combustible para la industria automotriz, y de paso dándole una posibilidad comercial a este tipo de reservas, que en nuestro país son de las más abundantes. En nuestro caso se le añade la necesidad de formación de personal, el capital humano tiene que ser parte del proceso de recuperación. Por lo tanto, los instrumentos de política petrolera deben contener incentivos para este tipo de actividades y ser los propios inversionistas quienes las fomenten y las administren generando un efecto multiplicador.
Inversión privada indispensable y Pdvsa
La monumental crisis económica que vive Venezuela sugiere una lista de prioridades, que comienzan a corto plazo por aliviar la crisis humanitaria, las reformas económicas, los acuerdos con las agencias multilaterales que se puedan obtener con ayuda, préstamos blandos, permitiendo el acceso al mercado financiero, mientras que se supera la emergencia.
Evidentemente, una discusión sobre el papel del Estado como empresario está en el ambiente, y Pdvsa no escapa a esto. Dadas las condiciones actuales de Pdvsa, con graves problemas operacionales, financieros, endeudamiento, etc., sirven para plantear distintas opciones como la privatización total o convertirla en una empresa de menos dimensiones que compita en igualdad de condiciones.
Sin embargo, estas reflexiones van orientadas hacia el papel a corto plazo de Pdvsa para facilitar la inversión nacional e internacional, que como todos reconocen es indispensable. La prioridad actual es Venezuela y activar su industria petrolera, lo cual tiene un alcance mucho mayor que Pdvsa. Es necesario plantear y discutir sin complejos la privatización completa de la actividad. Hoy tengo dudas de que para terceros sea de interés comprar a Pdvsa tal como está. La opción a corto plazo es utilizarla como la que nos acelere la obtención de recursos para el país.
Como premisa de corto plazo, el Estado no tiene cómo aportar recursos financieros para las actividades de Pdvsa. En consecuencia, desde el punto de vista operacional y comercial, la tarea básica es restablecer su actividad con estrictos criterios de autosuficiencia financiera. Pero, además, Pdvsa, como señalamos anteriormente, debe ser un instrumento, el brazo para diseñar, implementar y ejecutar la participación del sector privado en el negocio, mientras que otros entes se establecen, se organizan para tomar esas responsabilidades de manera permanente.
De acción inmediata hay algunas oportunidades que serian relativamente sencillas con el debido marco legal de respaldo para el sector privado. Por ejemplo, disminuir a mínimos o incluso a cero la participación accionaria de Pdvsa y ampliar el lapso de duración de los convenios de asociación como un elemento para el aumento de las facilidades de mejoramiento en Jose. Esta transferencia de participación a terceros se traduce en un valor económico para el socio al que debe compensar, y Pdvsa obtendría una fuente de recursos.
Pdvsa tendrá que jerarquizar los distintos campos de producción, considerando programas de inversión, costos de operación y expectativa de incremento de producción, para de esta manera establecer la estrategia de entrada del sector privado en producción. Con esa jerarquización conocida como ronda cero, la selección que se le ofertaría al sector privado debería basarse en los campos con mayor valor, menor tiempo de pago, los cuales, a su vez, generan las mejores bonificaciones derivadas de los procesos de licitación abiertos y transparentes, recursos que se necesitan hoy.
En coordinación con el equipo económico, debe estar previsto el mecanismo de intercambio de deuda pública y de Pdvsa a valor actual de mercado por participación en oportunidades de negocio. Con esto se reduciría la presión financiera sobre la nación y Pdvsa. En este paquete de cambio de deuda por participación es importante incluir a las empresas del sector petrolero que fueron objeto de expropiación y los mecanismos para que retornen al país a operar, además de uno derivado de la decisión de los tribunales de arbitraje.
El cambio es urgente
Obviamente, la gran pregunta que tenemos todos es cuánto nos falta para poder comenzar esta transformación del país. La urgencia por la salida de quienes hoy usurpan el poder, con la gravedad de su pésima gerencia de lo público, es el primer objetivo por lograr, pero debemos estar listos en todas las áreas.
Para la recuperación de la industria me quedan reflexiones por compartir, entre ellas, cómo hacer partícipe al venezolano en la actividad petrolera, no como un sujeto que recibe renta administrada desde el gobierno, sino como verdadero accionista, precios y política energética interna; el caso de Citgo, la opción de suministro a Petrocaribe, el tratamiento a los casos de Rusia y China, y el reposicionamiento de Venezuela en el mercado energético, etc., que trataré en la próxima reflexión.
@JFernandeznupa


sábado, abril 13, 2019

PDVSA: SER o NO SER





Publicado en PRODAVINCI | 20/03/2019

No debemos olvidar en la euforia de este gran momento nacional que el camino de nuestra independencia económica recién se comienza. Será tarea cotidiana sin complacencias ni complicidades. Ahora no tendremos excusas para nuestros fracasos. La tarea es absolutamente nuestra y la riqueza que podamos crear será obra nuestra. Pero también ahora seremos responsables o culpables de la miseria de nuestros niños, del abandono de nuestros cultivos y del desamparo de nuestros hogares”.
Discurso de Carlos Andrés Pérez en agosto de 1975 con motivo de la Nacionalización de la Industria de los Hidrocarburos



Desde el momento de su creación, Petróleos de Venezuela (PDVSA) ha sido objeto de admiración, envidia (que es otra forma de admiración), odio, sospecha, indiferencia y, para abreviar, de casi todo el espectro de sentimientos humanos por parte de los venezolanos. Durante toda su existencia, PDVSA ha sido sinónimo de la industria petrolera venezolana y aún hoy, a pesar de estar sumida en una crisis sin precedentes, o quizás por ello, continúa siendo una pieza central a la hora de tratar de entender los derroteros por los cuales transita la República.
En esta hora menguada que vive Venezuela, sabios y legos se enfrascan en un debate apasionado sobre si PDVSA debería o no existir en la Venezuela reconstruida postchavismo, aunque nunca nos queda claro si discuten sobre lo mismo, ya que sospecho que cada uno tiene una idea propia de lo que es o de lo que significa PDVSA.
Cuando hablamos de PDVSA, ¿a qué nos referimos?
·         ¿A la PDVSA de la etapa postnacionalización que le tocó recuperar la industria de los efectos de la falta de inversión de las compañías extranjeras, y que derrumbó el mito de que las reservas petroleras del país eran de muy corta vida?
·         ¿A la PDVSA de los cambios de patrón de refinación, exploración de la Faja del Orinoco y comienzos de la internacionalización, con una visión de convertirse en actor importante del mercado mundial?
·         ¿A la PDVSA de la llamada Apertura Petrolera, que ante la ingente base de recursos del país convenció al país político de la necesidad de atraer de vuelta la inversión extranjera para desarrollar las oportunidades existentes y buscaba nuevos espacios industriales?
·         ¿A la PDVSA actor y víctima de los enfrentamientos políticos de principios del siglo XX?
·         ¿A la PDVSA “roja rojita” que nació de la anterior y que derivó en un conglomerado de clientelismo nacional e internacional?
·         ¿A una PDVSA ideal todavía por definir?
Cada uno de nosotros tiene una memoria o idea muy particular de cómo era PDVSA o cómo debiese ser, dependiendo de la edad, de si trabajó en ella o no, si le fue bien o no, de su sesgo profesional o político y, sobre todo, si se ve o no con un rol futuro en ella. Todo esto hace que la respuesta a la pregunta no sea única o definitiva.
Rómulo Betancourt, presidente de Venezuela y autor del libro “Venezuela, Política y Petróleo”, que a pesar de los años transcurridos es el mejor esfuerzo de un político venezolano por escribir sobre su visión de la relación entre el petróleo y la política, expresó lo siguiente en su discurso de cierre de campaña presidencial en 1958:
“Estamos viviendo de prestado de una riqueza, de la riqueza del petróleo, que nos va a durar apenas unas pocas décadas. Contra reloj, en ese lapso tenemos que crear una economía nuestra, una agricultura poderosa, una ganadería próspera, una industria potente, para que cuando desaparezca el petróleo y no quede de él sino el testimonio de unas cabrias enmohecidas y unos socavones en Oriente y Occidente, no veamos ese fenómeno con desoladora tristeza, sino como algo que se esperaba y para lo cual estábamos preparados”.
“…porque Venezuela, después de treinta años de industria del petróleo del país, no puede continuar siendo una espectadora pasiva, con los brazos cruzados, de la forma cómo se explota, de la forma cómo se refina, de la forma cómo se comercializa el petróleo nacional.”
Creía Betancourt, al igual que muchos de sus contemporáneos, que por una parte el petróleo como fuente de riqueza económica para Venezuela tenía sus días contados y por la otra en la necesidad imperiosa de que los venezolanos, en particular el Estado, se ocuparan de tomar control político y operacional de la industria petrolera.
Es así como la Corporación Venezolana del Petróleo (CVP) es creada bajo la figura de instituto autónomo por decreto Nº 260 del 19 de abril de 1960 y publicado en la Gaceta Oficial Nº 26.233 del 21 de abril del mismo año. Esta primera compañía estatal tendría una actuación modesta en las actividades de exploración y producción y será fusionada con otras operadoras durante el proceso de nacionalización de 1975-1976; la construcción de una empresa petrolera requería de una combinación de recurso humano, tecnología y músculo financiero que el Estado no estaba en capacidad de proveer.
En 1975, durante la presidencia de Carlos Andrés Pérez, se aprueba la Ley Orgánica que Reserva al Estado la Industria y Comercialización de Hidrocarburos (LOREICH), como culminación de un proceso de cada vez mayor control de la actividad por el Estado. En esa ley se crea PDVSA como una empresa que funcionaría como casa matriz, con la responsabilidad de la planificación y el control financiero y operacional de la industria. La operación como tal quedaría en manos de las 14 empresas (ahora propiedad del Estado) que en ese momento existían en Venezuela, argumentando que con esto se garantizaba la continuidad operacional. Esta decisión fue en su momento bastante polémica, ya que algunos preferían que fuese la CVP la que fungiese como casa matriz y única operadora.
Para nuestros propósitos, es importante explicar que la PDVSA original era pequeña en tamaño y modesta en alcance: tenía principalmente un rol de coordinación de las filiales; estas, seguramente veían a PDVSA como una incomodidad necesaria. PDVSA, además, servía de muro de contención entre la operación petrolera, por definición una actividad técnica, y el mundo político, función en la que sin duda fue exitosa por largos años.
En el transcurrir del tiempo, PDVSA se fue fortaleciendo en su rol de casa matriz y el balance del poder organizacional fue migrando de las filiales a la casa matriz. El contacto con el Gobierno, el control presupuestal y las decisiones sobre las carreras de los ejecutivos se convirtieron en las palancas por medio de las cuales se fue consolidando su autoridad sobre las filiales. La operación y la concentración de know-howtécnico/comercial continuaba, sin embargo, en las filiales operadoras, que además se habían venido consolidando en solo cuatro de ellas.
Un factor de gran importancia en la transformación que tuvo PDVSA en esa etapa fue el relevo generacional. De una industria totalmente poblada por obreros, técnicos y profesionales formados en los tiempos y las formas de las multinacionales, una nueva generación se empieza a abrir paso en la estructura. Aunque educada en la tradición de excelencia de las operadoras extranjeras, la nueva camada genera una cultura de empresa estatal con rasgos de multinacional, creando un híbrido organizacional, particular de cada filial y de cada región operadora y que ven en PDVSA un “primus inter pares”.
En esa consolidación como casa matriz, PDVSA empieza a atraer a lo mejor del personal de la industria y a los profesionales que salen de las mejores universidades nacionales y del plan de becas Mariscal de Ayacucho. Además, los proyectos transformadores de la industria: cambio de patrón de refinación, desarrollo de la Faja del Orinoco, Internacionalización, Apertura Petrolera, etc., aunque ejecutados por las filiales, son coordinados y motorizados desde la casa matriz. PDVSA ya no es una Siberia organizacional, sino el paso obligado para aquellos que buscan ascender e influir en la corporación.
En enero de 1998, con la fusión de las cuatro filiales operadoras bajo el paraguas de PDVSA, otra corporación surge. PDVSA no es ahora solo una entidad coordinadora, sino que formaliza su control sobre las operaciones e intenta crear una identidad cultural propia, diferente al legado de las multinacionales; esta decisión fue y es todavía cuestionada por muchos, pero no es el objetivo aquí abrir esa particular discusión. Basta decir que los acontecimientos posteriores no nos permitieron juzgar los efectos de esa decisión con la perspectiva adecuada.
De 1999 a la fecha muchas cosas han pasado con PDVSA, ahora convertida en instrumento de política partidista, foco de corrupción y divorciada de su actividad primigenia: desarrollar y comercializar los recursos de hidrocarburos de Venezuela. Esa PDVSA chavista se nos presenta a muchos como la antítesis de todo lo que debería ser el guardián honesto de nuestros recursos de hidrocarburos: débil técnica y organizacionalmente. Una oscura etapa de la que debemos aprender lo perverso que puede ser un Estado que monopolice la sangre que mueve la economía de un país.
En suma, siempre el mismo nombre, PDVSA, pero nunca la misma organización.
Regresemos entonces a la discusión de si debemos o no “rescatar” a PDVSA y qué significa eso en realidad. Como hemos visto, no existe una única PDVSA que nos sirva de modelo para el mentado rescate, sino que seguramente existen otras versiones diferentes a las que aquí se mencionan. Más aún, me atrevo a asegurar que ninguna de las versiones de PDVSA del pasado es la adecuada para enfrentar el estado de colapso en que hoy se encuentra la industria petrolera nacional.
¿Qué hacer?
Antes de aventurar cualquier estrategia, es necesario entender cuáles son las variables que influyen sobre la industria petrolera venezolana, su inserción en el mercado nacional e internacional, y de ahí esbozar una visión futura.
Así las cosas, es importante contestar ciertas preguntas: ¿cuál es el futuro del petróleo? ¿Cuál es la visión del rol de la industria petrolera nacional en el modelo de desarrollo del país? ¿Cuál es el estado de las instalaciones existentes? ¿Cuál es el rol del capital privado? ¿Cuál es el rol de una compañía estatal? ¿Cuáles son las necesidades de inversión en el sector?  ¿Cuáles son los requerimientos tecnológicos? ¿Con qué recurso humano se cuenta? ¿Cuál es el mejor vehículo legal/económico para que el Estado ejerza su rol? ¿Qué implicaciones institucionales tienen las respuestas a las anteriores preguntas?
Una vez contestadas las preguntas sobre el sector, debemos entonces proceder a entender el entorno general en el cual opera la industria: ¿Cuáles son las necesidades de ingreso petrolero de parte del fisco? ¿Cuál es la disponibilidad de fondos de parte del Estado para invertir en el sector? ¿Existe capital político para las reformas que se buscan implantar de manera sostenible? ¿Existe interés real y sostenido del capital privado para participar en el sector?
De modo que rescatar a PDVSA, cualquier cosa que esto signifique, no puede ser un objetivo a priori, menos aún el producto de la nostalgia por tiempos mejores, o la búsqueda de resarcimiento de derechos vulnerados o retribución política. La decisión debe ser el resultado de un análisis serio de lo que se quiere hacer con la industria petrolera nacional. Además, hay que tener muy en cuenta que estas decisiones no pueden ser ejercicios de escritorio, sino que deben estar basadas en la realidad ineludible de que, por primera vez en nuestra larga historia petrolera, la infraestructura de la industria, sus niveles técnicos y su cultura organizacional han sido dañadas hasta niveles de colapso generalizado.
La idea que encarna PDVSA ha demostrado tener una resiliencia extraordinaria en el imaginario de la sociedad venezolana, en particular porque su destrucción por el chavismo la convierte en objeto de nostalgia.  En retrospectiva, no era imposible predecir el destino de PDVSA: ser contaminada con la política y finalmente ser destruida. Lo admirable es lo exitoso que fueron sus diferentes líderes en la era pre Chávez en hacer de ella una institución de excelencia, a pesar de la política.
PDVSA es mucho más que un buen recuerdo, es una muestra de lo que podemos construir como sociedad, pero es una criatura de su tiempo y de su circunstancia. PDVSA puede y debe ser sustituida por otra idea o institución que refleje mejor este tiempo y esta circunstancia; ese es el reto de la generación que hoy se asoma al escenario de la historia, más ligera de equipaje.
La actual coyuntura es la oportunidad para soñar con un mejor futuro y diseñar una nueva industria petrolera nacional, construida sobre las lecciones del pasado, la ruina que es el presente, y adecuada los enormes retos de Venezuela y a la nueva e inquietante realidad de mercado que enfrenta el petróleo en el entorno mundial.




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Grafica Agregada al artículo por Nelson Hernandez.




domingo, marzo 31, 2019

POLITICA ENERGETICA Venezolana. Conceptos, desarrollo y concreción



Por: Académico. Ing. Nelson Hernández

La concreción de una política energética integral requiere de un arduo trabajo de análisis, consideraciones y aplicación de metodologías que conlleven a establecer un marco de referencia que permita una visión a largo plazo de la explotación, desarrollo y utilización de los recursos energéticos que se poseen, dentro del concepto de sustentabilidad.

Hasta ahora Venezuela ha tenido una política pública sobre petróleo, más no una política energética integral de sus recursos energéticos, la cual ha tenido un norte netamente rentista. Lo que sí es cierto es que el mundo inicio un cambio en la matriz energética global donde se contempla la disminución de las fuentes energéticas de origen fósiles y la maximización de las fuentes energéticas amigables al ambiente, aspecto importante a considerar para cualquiera planificación energética del país.

Los documentos a continuación son producto de años de análisis y estudios, y están a la disposición de los interesados en la planificación energética. Agradezco, a quien los utilice, dar la referencia y crédito correspondiente.

DOFA. Factores y Ponderación. Sector Energético Venezolano

Estudio realizado en el 2012. Sus conclusiones, en general, siguen vigentes. Tanto las fortalezas como las oportunidades reflejadas han disminuido y han aumentado las debilidades y las amenazas. El documento puede ser accedido en:


Venezuela. Prospectiva Demanda Energéticas (2011 – 2040)
Presenta una visión de la matriz energética venezolana al año 2040. En la misma se contempla un conjunto de premisas que conllevan a un uso racional y sustentable de la energía. El documento puede ser accedido en:


Consideraciones para una Política Energética Integral en Venezuela
El documento analiza el entorno nacional e internacional en materia energética y sus implicaciones en el desarrollo de los recursos energéticos nacionales, sobre los concernientes al petróleo. El documento puede ser accedido en:



Marco Conceptual para una Política Energética Integral en Venezuela
Es el documento que cierra el hilo. Recoge un conjunto de ideas que deben considerarse en la elaboración final de una Política Energética Integral para Venezuela. El documento puede ser accedido en:


Finalmente, la política que se logre con el consenso de muchos, debe ser una política de Estado y no de gobierno. Es decir, esta no debe sufrir alteraciones profundas en el transcurrir del tiempo. Lo contrario, no permitiría el desarrollo nacional consonó con la tendencia mundial en el uso de las fuentes energéticas.

… Con energía, hay calidad de vida…

viernes, marzo 29, 2019

Venezuela. Subsidio al Servicio Eléctrico (2019)




Por: Nelson Hernández

  • El subsidio al servicio eléctrico en Venezuela se estima entre 11.3 y 8.0 millardos de dólares al año
  • Sin precios adecuados, el sector eléctrico no podría ofrecer un servicio de calidad mundial
  • El precio del servicio eléctrico debería ser entre 9.65 y 6.84  ¢/Kwh
En Venezuela, por décadas, las energías han sido subsidiadas lo que ha llevado a una distorsión total de estas y su relación con las distintas actividades productivas y cotidianas de los venezolanos.
En el caso especifico del servicio eléctrico, el ultimo pliego tarifario que se conoce oficialmente, es el ajuste establecido en agosto de 2017 y con vigencia hasta diciembre de ese mismo año, tal como se refleja en la grafica a continuación.



Considerando que el precio del Kwh se mantiene en el nuevo cono monetario aprobado el 20-08-18, el valor expresado en dólares es el indicado en el grafico, lo cual para efecto de cualquier cálculo debe ser considerado cero, por ser valores despreciables (multiplicados por una potencia de 10 negativa).

Para el caso del consumo promedio de una casa de 500 Kwh/mes, el valor del Kwh es de 1.093 BsS, equivalente a 33 x 10 – 5  $/Kwh.

Para efecto de comparación, la grafica a continuación muestra para el 2018 el precio de la electricidad, expresado en centavos de dólar por cada Kwh, para diferentes países latinoamericanos, donde en Venezuela el  precio es de 0.033 ¢/Kwh, 191 veces más bajo que el siguiente más bajo (Paraguay)


Para efecto de estimar el subsidio de la electricidad en Venezuela, se consideraran las siguientes premisas:

  • Uso del método de LCEO
  • La Generación Termoeléctrica es a gas con tecnología simple y con ciclo combinado. Es de acotar que el precio del gas de 4.4 $/MBTU estimado ponderado para Venezuela es muy similar al utilizado por USA para el sector eléctrico y empleado por este país (USA) en la determinación del LCOE seleccionado para este ejercicio
  • El mix de generación eléctrica en Venezuela está conformado por 60 % hidroelectricidad y 40 % termoelectricidad
  • La generación eléctrica total en Venezuela en el 2017, es la indicada en el informe estadístico de BP  (117.6  x 106 Mwh)
  • Para los valores de transmisión y distribución, que integran la tarifa final al consumidor, se utilizaran los valores promedios indicados en el documento realizado por la EIA , donde se establece que el transporte participa con el  12.3 % y la distribución con 26.4 %, dejando a la generación el 61.3 %
Los resultados aplicando las premisas indicadas se muestran en la grafica a continuación:

Los valores del LCOE tienen un máximo al considerar la generación termoeléctrica con gas convencional  (59.18 $/Mwh) y un mínimo al aplicar tecnología de ciclo combinado (41.98  $/Mwh).

En lo atinente a la tarifa final tiene un máximo de 96.54 $/Mwh (9.65 ¢/Kwh) y un mínimo de 68.48 $/Mwh (6.84 ¢/Kwh). Estos valores estarían cercanos a los de Bolivia, México, Argentina y Paraguay, lo que los hace competitivo a nivel de Latinoamérica.


Por otro lado, recordemos que la tarifa eléctrica actual en Venezuela puede ser considerada cero cuando se expresa en $/Kwh. En tal sentido, el ingreso que debiera tener el sector eléctrico estaría entre un máximo de 11353 M$ (11.3 G$) y un mínimo de 8053 M$ (8.05 G$).

Estos valores de ingresos, que hoy no los tiene el sector eléctrico venezolano, sería el subsidio en que ocurre el Estado por el servicio de electricidad, que por cierto es de pésima calidad.

…. Sin electricidad, no hay desarrollo.

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