martes, julio 09, 2024

Logros Energéticos en los últimos 30 años

 Por: Nelson Hernández

Un logro en materia energética se puede definir como un avance significativo que contribuye a mejorar la forma en que producimos, consumimos o pensamos sobre la energía. Estos logros pueden abarcar diversos aspectos, desde el desarrollo de nuevas tecnologías hasta la implementación de políticas sostenibles.

 

Determinar un único logro como el "mayor" en materia energética durante los últimos 30 años es un desafío, ya que el panorama energético ha experimentado avances significativos en diversos frentes. Sin embargo, podemos destacar algunos hitos:

 



 

1. El auge de las energías renovables:

Las últimas tres décadas han presenciado un crecimiento exponencial en la adopción de energías renovables como la energía solar, eólica e hidroeléctrica. La disminución de costos, las mejoras en la eficiencia y el apoyo de políticas gubernamentales han impulsado esta tendencia, posicionando a las renovables como una fuente de energía competitiva y sostenible. Reemplazar los combustibles fósiles por fuentes de energía limpia y sostenible es un logro fundamental para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero y combatir el cambio climático. Dentro de este contexto, se encuentra el Hidrogeno Verde considerado como el vector energético por excelencia de la transición energética.

2. La revolución del fracking:

El desarrollo de técnicas de fracturación hidráulica (fracking) ha desbloqueado vastos recursos de gas natural y petróleo contenidos en yacimientos de lutitas, lo que ha reconfigurado el panorama energético global, convirtiendo a Estados Unidos en un exportador neto de hidrocarburos. Si bien el fracking ha generado controversia por sus posibles impactos ambientales, ha contribuido a la seguridad energética y a la diversificación de la matriz energética en muchos otros países, destacándose Argentina con el desarrollo de sus yacimientos en Vaca Muerta.

3. Avances en eficiencia energética:

Los avances tecnológicos han permitido mejorar drásticamente la eficiencia en la producción y el consumo de energía. Electrodomésticos más eficientes, edificios inteligentes y vehículos con mayor rendimiento de combustible han reducido significativamente el consumo energético y las emisiones de CO2 asociadas. Reducir la cantidad de energía necesaria para realizar una tarea o producir un bien es  un logro importante, lo cual está asociado a las mejoras tecnológicas, cambio de hábitos e implementación de políticas públicas.

4. El surgimiento de las baterías:

Las baterías de iones de litio han experimentado un desarrollo notable en términos de capacidad, rendimiento y costo. Esto ha impulsado la adopción de vehículos eléctricos, sistemas de almacenamiento de energía renovable y dispositivos electrónicos portátiles, abriendo nuevas posibilidades para la movilidad sostenible y la electrificación de la demanda.

5. La conciencia global sobre el cambio climático:

En los últimos 30 años, la comunidad internacional ha tomado conciencia de la urgencia de abordar el cambio climático. El Acuerdo de París de 2015 marcó un hito al establecer un marco global para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero y limitar el calentamiento global.

6. La descentralización de la generación de energía eléctrica:

La habitualmente centralizada generación eléctrica está experimentando una descentralización, gracias a la proliferación de pequeñas fuentes de generación distribuidas, como paneles solares en techos y turbinas eólicas domésticas. Esto empodera a los consumidores (PROSUMER) y aumenta la resiliencia del sistema energético. 

7. La transformación digital del sector energético:

La digitalización está transformando el sector energético a través de tecnologías como la inteligencia artificial, el análisis de datos y el Internet de las cosas (IoT). Estas herramientas permiten optimizar la gestión de la red de transmisión y distribución, mejorar la eficiencia operativa y desarrollar nuevos servicios energéticos.

8. La innovación en materia de captura y almacenamiento de carbono (CCS):

La CCS se presenta como una tecnología prometedora para mitigar las emisiones de gases de efecto invernadero de las centrales termoeléctricas y otras industrias, incluyendo la hidrocarburífica. Si bien aún se encuentra en sus primeras etapas de desarrollo, la CCS tiene el potencial de jugar un papel crucial en la lucha contra el cambio climático.

 

En definitiva, no existe un único "mayor logro" en materia energética en los últimos 30 años. El progreso ha sido multifacético, englobado en: avances tecnológicos, cambios en las políticas de la gestión energética y una mayor conciencia ambiental. Estos avances han transformado el panorama energético y sentado las bases para un futuro más sostenible y resiliente.

 

Es decir, un mundo consumiendo racionalmente mas energía, pero con  menores emisiones de gases de efecto invernadero.


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