ETANOL CELULOSICO
… La mejor expectativa
Por: Nelson Hernández
El etanol celulósico (EC), es el etanol obtenido de insumos no alimenticios – maíz, remolacha, caña de azúcar – sino de desechos orgánicos como los residuos sólidos urbanos (basura) o los desechos provenientes de las cosechas de alimentos, especialmente las gramíneas, o de cualquier vegetal.
Lo importante de este avance tecnológico es que su balance energético es positivo, es decir, la cantidad de energía que puede proporcionar el EC es mayor que la utilizada para producirlo. Por otra parte, su producción no requiere de nuevas áreas de cultivo con lo cual no se alteran las tierras aptas para producir alimentos para la humanidad.
La celulosa es la biomolecula más abundante de los seres vivos. Es un polisacárido que forma parte del tejido de sostén de las plantas. Los animales no pueden utilizar la celulosa como fuente de energía, ya que no tienen la enzima celulasa que rompe la molécula y deja libre a la glucosa que puede transformarse en energía.
Sin embargo, existen microorganismos como la bacteria Clostridium ljungdahl, proceso patentado por BRI, que permite transformar gas de síntesis (producido de desechos gasificados) en etanol de grado combustible. Sin entrar en profundidades, podemos indicar que el proceso es el siguiente:
- Se rompe las moléculas de carbón en desechos orgánicos por medio de un proceso endotérmico.
- Genera calor de desecho (durante el enfriamiento del syngas) que es usado para generar vapor sin requerir combustión.
- Consume 95% de cualquier desecho base carbón, dejando un residuo de ceniza no contaminante.
- El cultivo bacterial es anaeróbico. No produce subproductos indeseables ni genera peligros ambientales o para la salud.
- El proceso completo toma siete minutos, mientras que las tecnologías de fermentación de azúcar necesitan de 36-48 horas.
Esta tecnología garantiza un rendimiento de 640 litros de etanol por tonelada de material seco procesado. El costo estimado de inversión es de 1 US$ por cada litro de etanol a producir. Por otra parte, el costo de producción es mas bajo que obtenerlo del maíz o la remolacha, pero mas caro que el obtenido de la caña de azúcar.
Otra ventaja de esta tecnología es que reduce la problemática de disposición de residuos sólidos, y no altera los sembradíos actuales y futuros para la producción de alimentos y permite generar electricidad como un subproducto del proceso. La incorporación de estos beneficios en la evaluación económica hace mucho más atractivo el proyecto.
Desde el punto de vista energético un litro de etanol contiene el 66 % de la energía contenida en un litro de gasolina. Hace un año el Departamento de Energía de USA definió las 6 plantas de producción de etanol celulósico a ser construidas a partir del 2008.
Para cuantificar el impacto ambiental, partamos que un litro de gasolina produce al quemarse 2.3 Kg . de CO2. Este valor llevado a emisión por Km. Recorrido (que es la medición usual) nos da 23.9 gr. por Km.
En la tabla se observa que el E85 arroja 7.4 gramos menos que la gasolina, un 31 % menor. Para el E100 estos valores son 8.7 gramos y 36 %, respectivamente.
Uno de los aspectos polémicos es que tal reducción no es verdad al considerarse la “huella del carbono” para producir el etanol a partir de insumos vegetales (maíz, sorgo, etc.), aspecto este que no debe ser contabilizado en el etanol celulósico ya que su materia prima son desechos sólidos orgánicos, y lo que se esta haciendo es un reciclaje de insumos cuya “huella del carbono” ya fue contabilizada.
La mejor expectativa que tienen los biocombustibles es el etanol de segunda generación o etanol celulósico.
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