Por:
Nelson Hernández
Una de las grandes preocupaciones de la sociedad
mundial es la reducción de la emisión de
Gases de Efecto Invernadero (CO2, Metano, NOx, etc.) con el objeto de
enfrentar el fenómeno del Cambio Climático. Uno de los sectores que más
contribuye a tales emisiones es el del transporte. Para el 2014 la emisión
mundial de CO2 por efecto de quema de combustibles fósiles alcanzo los 35.500
millones de toneladas, correspondiéndole al sector transporte terrestre el 17 %
de dicha emisión. A nivel de los Estados Unidos, estas cifras son de 5.995 y 28
%, respectivamente.
En tal sentido, se han dedicado esfuerzos
tecnológicos y económicos en dicho sector con el objeto de hacer más eficiente
el uso de los combustibles (gasolina y diesel), y que el impacto ambiental sea
menor, lo cual esta normado en leyes y reglamentos como la Ley de Aire Limpio de los Estados Unidos, la cual
fue violada, desde 2009, por la Volkswagen en sus vehículos que consumen
diesel, y cuyo descubrimiento se realizo en el 2014 por el Centro para
Combustibles Alternativos, Motores y Emisiones de la Universidad de Virginia
Occidental (USA), liderado por el Ing. Daniel Carder.
Como muchas de las cosas que suceden en
el mundo científico y tecnológico, el hallazgo, hoy considerado, el mayor
fraude empresarial, fue casual. El International Council on Clean
Transportation de USA, encargo al Centro de Combustibles un estudio para ver la
viabilidad de aplicar en Europa las
normas ambientales americanas del sector
transporte y de paso demostrar y confirmar que los motores diesel era una
alternativa para reducir las emisiones contaminantes. De allí la selección de
la Volkswagen (empresa europea) y por presentar un “historial, hoy falso”, de
ser sus vehículos a diesel los de menor contaminación y los de mayor
rendimiento por kilometro.
El estudio arrojo discrepancias entre
los valores de laboratorio y los valores reales de desempeño de los vehículos. El
Departamento de Protección Ambiental de los Estados Unidos (EPA), solicita a la
Volkswagen explicación sobre las discrepancias, la cual es diferida por esta.
Es hasta la semana pasada cuando EPA presiona a la Volkswagen, exigiéndolo las explicaciones o no podrá
vender sus vehículos 2016 en USA, y es cuando la Volkswagen reconoce que ha
alterado en el computador que controla el vehículo, el modulo de emisión de
gases de combustión. En otras palabras, el computador (mediante sensores)
detecta cuando el vehículo es sometido al chequeo de aire limpio y se activan
mecanismos para pasar la prueba, que luego son desactivados.
Como resultado de lo anterior, la
empresa ha reconocido que hay alrededor de 11 millones de vehículos en esta
situación y que la emisión de gases contaminantes es un 30 % mayor que la
reportada. Luce que en lugar de desarrollar tecnología para cumplir con las
normas ambientales, la Volkswagen escogió el camino más barato y rápido,
alterar el computador del vehículo. Fue una decisión muy arriesgada, y que hoy
se ven sus resultados: Perdida de la credibilidad empresarial, pérdida del
valor de sus acciones bursátiles en un 35 %, renuncia de su tren directivo; y
otras que vendrán por que el escándalo del diesel limpio, apenas está
comenzando.
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