Nelson Hernández
- La participación de Venezuela en FPEG es más política que económica.
- La incorporación del gas lutítico al esquema mundial de recursos de gas, cambio sustancialmente la geoenergìa, afectando fuertemente a la FPEG. Países que hoy son importadores netos de energía, se convertirán en exportadores.
Los países son libres de conformar o pertenecer a las agrupaciones que
consideren conveniente. Generalmente dichas agrupaciones tienen como motivación
que los países que la integran poseen objetivos, características o fortalezas
comunes y se unen para sacarle provecho, para sí, a esas fortalezas.
En junio del año pasado, se llevo a cabo la segunda cumbre de Jefes de
Estados y de Gobiernos de los países miembros del Foro de Países Exportadores
de Gas (FPEG) (GECF, por sus siglas en ingles), y dentro de sus objetivos
están:
- Fortalecer FPEG como una plataforma para definir y avanzar en la posición de los Países Miembros sobre los retos y los problemas de los mercados internacionales de gas
- Mejorar la coordinación a escala mundial de las acciones para proteger los intereses de los Países Exportadores de Gas en todas las áreas, incluyendo las interacciones con las autoridades reguladoras de los países consumidores de gas
- Continuar apoyando los precios del gas con base a la indexación al petróleo y sus derivados para garantizar precios justos y el desarrollo estable de los recursos de gas natural
Como se puede leer, estos objetivos son muy similares (por no decir
iguales) a los establecidos por OPEP, de allí que el mundo los haya denominado
OPEG (Organización de Países Exportadores de Gas)
Hasta ahora FPEG está conformada por 17 países. A saber: Argelia, Bolivia, Egipto, Emiratos Árabes,
Guinea Ecuatorial, Holanda, Irak, Irán,
Kasakastan, Libia, Nigeria, Noruega,
Omán, Qatar, Rusia, Trinidad y Tobago y Venezuela, y lo que tienen en común es que
poseen altas reservas de gas, y que la mayoría exporta este hidrocarburo.
La razón principal de la segunda reunión, ya mencionada, fue la de
iniciar estudios sobre el impacto que tendrá la entrada en el mundo energético
del gas de lutitas (shale gas) con el objeto de establecer estrategias a
mediano y largo plazo para mitigarlo.
La incorporación del gas lutítico al esquema mundial de recursos de este
hidrocarburo, cambio sustancialmente la geoenergìa. Países que hoy son
importadores netos, se convertirán en exportadores, donde el principal
representante de esta situación es los Estados Unidos, líder mundial con 1.464
Tera[1]
pies cúbicos (TPC), equivalente al 10 % del total mundial.
Lo curioso de todo esto es que en el FPEG no están países que tienen
mucho que decir en materia de gas. Luce que tal agrupación obedece más a
razones políticas que a económicas.
Sin embargo, desde el punto de vista volumétrico el grupo No FPEG,
posee el 56,2 % del total mundial. Por otra parte, desde el punto de vista
comercial, los 10 primeros países que exportan gas, y cuyos volúmenes están
expresados en TPC son: Rusia (6,6), Canadá (3,0),
Noruega (3,8), Holanda (1,9) y Estados Unidos (1,6) vía gasoductos; Malasia
(1,1), Australia (1,0) y Nigeria (0,9) como GNL[2]
y Qatar (4,4) y Argelia (1,4) en ambas formas. Es de indicar que la FPEG está
liderada por Rusia, quien posee 1.446 TPC de reservas (10 % del total mundial),
produce 58,1 millardos de pies cúbicos diarios (31 % del total mundial) y
exporta vía gasoductos 15 millardos de pies cúbicos diarios (26 % del total
mundial). Haciendo el símil, sería lo que es Arabia Saudita en la OPEP.
Actualmente la
tendencia mundial es intensificar la comercialización internacional del gas vía
GNL con el objeto de minimizar al máximo la problemática geopolítica que
presentan los gasoductos. Recuérdese el caso Ucrania – Rusia, que ha puesto en
vilo, en varias oportunidades, el suministro de gas a Europa. Una
característica importante de la comercialización vía GNL es que hay poca
variación en el precio, ya que se realizan entre el productor y consumidor
contratos a largo plazo, con formulas escalatorias establecidas para ajustar el
precio, aspecto este que no es aplicado en el mundo petrolero.
En lo concerniente
a Venezuela, quien ocupa la posición decimo tercera (13) dentro de los países
con mayores reservas de gas, su participación en FPEG es más política que
económica, ya que no exporta gas y su producción de gas está limitada por la
producción de petróleo, presentándose a
nivel nacional un déficit del orden de los 2.500 millones de pies cúbicos. En
otras palabras, si no tiene la disponibilidad abundante de reservas no
asociadas a petróleo para soportar proyectos de exportación de gas, y si los
proyectos de infraestructura para realizarlos están a nivel de idea o
iniciándose su construcción, Venezuela esta desnuda ante una Organización de
Países Exportadores de Gas.
La OPEG sería otro
cartel con el cual tendrían que luchar los países desarrollados, sobre todo la
Unión Europea, para satisfacer sus requerimientos energéticos. Esta sería una
razón más para que estos países busquen energías alternativas o suministradores
alternos de gas. Más aun si los países que conforman la OPEG son catalogados
como “no amistosos” por el grupo G8.
Finalmente, aunque no lo digan abiertamente sus miembros, el FPEG es
otro cartel energético. La gran diferencia con la formación de la OPEP en 1960,
es que hoy existen restricciones para la formación de un cartel de gas. Entre
estas están:
•
No uniformidad dentro de los promotores del FPEG
•
No es del agrado del mundo
desarrollado
•
No se consideran otros actores de
la industria del gas natural
•
Mercado de gas evolucionado y
maduro
•
Cambio de política abierta en la
compra y uso del gas
•
Altos problemas geopolíticos en
comercialización vía gasoductos
•
Fijación precio por carteles ha
perdido vigencia
•
Mercado de gas regional, no
global
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