ENERGIA Y AMBIENTE
… hoy, un maridaje imperfecto
Por: Nelson Hernandez
La energía, el ambiente y la economía presentan una relación o enlace biunívoco muy estrecho que para su análisis, estudios, gerencia o planificación es imposible aislarlas. Esta trilogía es actualmente el “dolor de cabeza” de la humanidad.
La problemática estriba en que el desarrollo de la humanidad tiene su pilar fundamental en el uso de la energía. El modelo o sistema actual nos indica que a mayor desarrollo mayor consumo de energía, lo que ha traído como consecuencia un deterioro del ambiente que pone en peligro la continuidad de la vida en el planeta tierra.
Lo anterior conlleva a la toma de conciencia, individual y colectiva, local y global, de la necesidad de cambiar nuestra forma de actuar de tal manera de establecer un desarrollo sustentable, lo que lleva implícito un “Nuevo Orden Energético Mundial” enfocado hacia el uso de energías amigables al ambiente, sin menoscabo de la perdida de la calidad de vida hasta ahora alcanzada.
Este nuevo orden energético ya se ha iniciado, siendo sus promotores los países desarrollados, ya bien sea por defenderse de la incertidumbre que presenta el petróleo o por presiones de sus habitantes ante el hecho inminente de la crisis ambiental.
Son estos países quienes desarrollan y desarrollaran tecnologías para incorporar nuevas fuentes energéticas no agresivas al ambiente. Lógicamente, los países en vías de desarrollo se incorporaran a este nuevo orden en la medida que sus economías permitan la incorporación de estas tecnologías en su esquema social-económico-productivo.
Lo que deben tener claro los países en desarrollo es que una vez que los desarrollados se independicen de las ataduras de los combustibles fósiles, estos trataran de imponer restricciones a quienes los consuman. Ya en varios foros internacionales se ha asomado la idea de implantar un “impuesto” al consumo de petróleo.
Por otra parte, el nuevo esquema energético mundial debe tener presente el desarrollo sustentable de la humanidad. Sin embargo, debemos recordar que el mejoramiento de la vida de las personas y de las opciones y oportunidades es más fácil para algunas personas que para otras. Igual sucede con los países. La globalización beneficia a algunos países en desarrollo y han incrementado sus índices pero aun así millones de personas siguen excluidas de los beneficios del crecimiento, por lo que se ve cuesta arriba el cumplimiento de las metas del milenio establecidas por las Naciones Unidas en los primeros quince años del siglo XXI. Dentro de estas están:
- Erradicar la pobreza extrema y el hambre
- Lograr la enseñanza primaria universal
- Promover la igualdad entre los géneros y la autonomía de la mujer
- Reducir la mortalidad infantil
- Mejorar la salud materna
- Combatir el VIH/SIDA, el paludismo y otras enfermedades
- Garantizar la sostenibilidad del ambiente
- Fomentar una asociación mundial para el desarrollo
2 comentarios:
Hola Nelson,
Evidentemente el cambio en el uso y manejo de la energía ha comenzado.
El mundo está atravesando una nueva era, en la cuál el objetivo principal será estar en armonía con la naturaleza.
Tenemos que empezar a prepararnos para "sufrir" en menor medida los "efectos secundarios" que este cambio acarreará en todos nosotros.
Pero al fin, el cambio hacia el desarrollo sustentable, lentamente se esta manifestando.
Saludos.
Anahí M. Llanes.
Anahi...
Es correcto. Los jovenes como tu tendran la oportunidad de promover, participar y disfrutar de ese nuevo orden energetico mundial.
Las generaciones futuras sabran reconer el esfuerzo realizado para perpetuar la especi humana en el planeta tierra.
Saludos...NH
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