Stephanie Osuna
Una nueva alternativa al gas convencional se
presenta en el sector de hidrocarburos, pudiendo generar grandes beneficios a
aquellos países que por tradición han sido importadores de gas y petróleo.
El panorama de los combustibles fósiles, tales como el petróleo, el
carbón y el gas natural, ha ido presentando cambios en los últimos tiempos, ya
que poco a poco han surgido nuevas alternativas que pudiesen, de cierta manera,
sustituirlos.
Venezuela,
como bien se sabe, se ha caracterizado por ser un país rico en petróleo y uno
de los principales exportadores de crudo. Por otro lado, hay países que son
tradicionalmente importadores de hidrocarburos pero que, gracias al reciente
auge que ha tenido el gas de esquisto o shale gas, se han vuelto más
independientes en este sector.
El gas de
esquisto, es una nueva opción que se diferencia del gas convencional por su
ubicación, profundidad y técnicas extractivas, el cual se ha ido descubriendo
en algunos países que no poseen reservas de crudo o gas tradicional y que
podrían generar un cambio en su economía, pues esto podría reducir la
dependencia energética que han tenido de otros países.
Según
algunos expertos en el tema, las reservas probadas de gas convencional alcanzan
unos 187 billones de metros cúbicos y se encuentran en Rusia, Irán, Qatar,
Arabia Saudita y Turkmenistán. Por su parte, se pudo dar a conocer que el shail
gas recuperable se encontró en 32 países, lo cual duplica la disponibilidad de
gas para el consumo. Entre algunos de los países que son mayores productores de
este hidrocarburo se encuentran China, Estados Unidos, Argentina, México,
Sudáfrica Australia, entre otros.
Esta
fuente de combustible de energía se encuentra en el interior de una roca
sedimentaria porosa denominada esquisto. El procedimiento más conocido para
extraerlo es el fracking o fractura hidráulica y se aplica perforando la tierra
y abriendo grietas en las formaciones rocosas que lo almacenan, seguidamente se
inyecta agua con arena a una elevada presión en conjunto con otra serie de
químicos y luego de la extracción del gas, la presión acumulada se libera y se
devuelve el líquido a la superficie.
Otra
técnica para extraer el shale gas es la perforación horizontal que permite
realizar pozos de mil a 3 mil metros de sección horizontal, a lo largo de la
cual se crean diversas fracturas. Este método permite una optimización de los
costos a la vez que se minimiza la huella en la superficie y de igual manera
proporciona un contacto más amplio del pozo con la capa donde se encuentra el
gas.
Es
importante destacar que independientemente de las técnicas utilizadas para la
extracción del gas de esquisto, se deben tomar en cuenta todas las precauciones
y cautelas ambientales necesarias para reducir el gasto de recursos así como
los efectos dañinos que se puedan producir como movimientos sísmicos,
contaminación de las aguas o perjuicios al paisaje.
De este modo, para que esta industria sea sostenible en cuanto a
ecología se trata, es necesario aislar los pozos del subsuelo y los acuíferos
por medio de una barrera protectora de acero y cemento, así se almacena el agua
de retorno hasta su tratamiento y reutilización. Asimismo, la selección de los
terrenos a explorar debe excluir áreas protegidas, parques naturales, cultivos
permanentes, poblaciones y cualquier espacio que requiera modificaciones
considerables de los accesos.
En el
caso de Europa, las legislaciones de protección ambiental son una de las más
confiables del mundo, pues incluyen estudios de impacto ambiental.
El
desarrollo de shale gas en Norteamérica, está entusiasmando a otros países a
evaluar sus recursos de gas no convencional, ya que esta innovación ha
permitido que Estados Unidos considere la posibilidad de iniciar su
autosuficiencia energética, pues ha pasado de representar del 1% de la
producción doméstica en el año 2000, al 20% en el año 2010. Canadá, igualmente
ha presentado una gran evolución en este sector, es por esto que ambos países
ya se han propuesto numerosos proyectos de exportación de gas.
En el
caso de Europa, los principales yacimientos están ubicados en Polonia y
Francia, y en Cantabria y País Vasco se están realizando algunas exploraciones.
Igualmente, en Sudamérica, Argentina, Brasil y Chile poseen grandes depósitos
de gas de esquisto y Uruguay y Paraguay también podrían pasar de ser
importadores a productores de este recurso.
En
términos generales, el gas de esquisto podría ofrecer una importante independencia
a los países que actualmente son importadores de hidrocarburos. Es un recurso
que traerá beneficios económicos, pero que, como se mencionó anteriormente, por
los posibles riesgos ambientales que traen consigo, es de suma importancia que
las compañías del sector tomen en cuenta todas las medidas que preserven el
medio ambiente.
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