viernes, diciembre 10, 2010

NAVIDAD Y AMBIENTE

… No agresion al eco sistema

Por: Nelson Hernandez

(Este tema lo escribí el año 2008, y como sigue y seguirá vigente lo publico nuevamente)
En todo el mundo occidental a partir del 15 de noviembre de cada año, comienzan los preparativos para la festividad mas tradicional, popular y familiar como es la Navidad, la cual trae implícito el inicio de un nuevo año.

Se menciona que la fiesta pagana mas estrechamente asociada con la Navidad era el Saturnal Romano, el 19 de diciembre, en honor a Saturno, dios de la agricultura, que se celebraba durante siete días de bulliciosas diversiones y banquetes. Al mismo tiempo se celebraba en el Norte de Europa una fiesta de invierno similar, conocida como Yule, en la cual se quemaban grandes troncos adornados con ramas y cintas, en honor a los dioses para conseguir que el sol brillara con más fuerza para minimizar el frío.

La Navidad actual no se ha desviado de sus orígenes ya que es una época para el recogimiento y la paz espiritual, del compartir con el prójimo, y marcada por la alegría, la degustación de alimentos, los regalos y la gran luminosidad.

Estas características genera por encima de cualquier otra festividad colectiva, un gran impacto ambiental. En estas fechas se generará un gasto energético superior al del resto del año, se registrará un mayor consumo de productos, y consiguientemente, aumentará la cantidad de residuos.

Si en cualquier otra época del año, un consumidor medio genera al día un kilo de basura doméstica, durante estas fechas estas cifras se multiplican y los residuos se acumulan desordenadamente junto a los contenedores rellenos de basura, prueba fehaciente de que consumimos demasiado.

Uno de los símbolos vegetales de la navidad es el árbol, que generalmente es de la familia de las coníferas. Su uso masivo en las últimas décadas ha originado su cultivo comercial a objeto de minimizar la tala de bosques. Sin embargo, el verdadero problema ecológico es qué hacer con él una vez concluida la fiesta. Para eliminar esta problemática, desde hace un par de año se ha comenzado a comercializar árboles vivos en macetas (raíces y tierra) de tal manera de poder ser replantado. De esta forma el árbol cumple su función de adorno y continúa su ciclo de vida.
Otras plantas típicamente navideñas, son el musgo utilizado en los pesebres, el muérdago y el acebo. Su recolección excesiva ha originado un punto de atención dentro de las comunidades de protección del ambiente.
Como ya hemos mencionado, la luminosidad es marcada en la navidad. El consumo eléctrico aumenta en un 40 % por la incorporación de las “luces de navidad” tanto en comercios, calles y avenidas, como en nuestras casas. Así mismo, el periodo de encendido de las luces es mayor. Esto nos indica que el ambiente se ve amenazado en un 40 %, puesto que por cada kilovatio hora consumido, se arroja a la atmósfera 200 gramos de CO2 (0.2 Kg.), uno de los gases de efecto invernadero (GEI).
Una forma de reducir este impacto es incorporando luz emitidas por diodos (LED: light emitting diodes), que proporcionan la misma intensidad de luz y pueden consumir hasta 80 % menos vatios que un bombillo normal. Este tipo de bombillos vienen en diferentes formas, colores y tamaños; son mas frías al tacto lo que las hace más seguras; duran más que las normales; pueden utilizarse en el interior y exterior de los inmuebles y son un poco más caras, aspecto este que se minimiza por su longevidad y ahorro energético.
Otros aspectos que contribuyen a una mayor agresividad para el ambiente en la época navideña son: aumento de cocción de alimentos; incremento de reuniones sociales, familiares y empresariales; mayor uso de papel envoltorio para regalos; mayor movilización aérea, terrestre y marítima; mayor uso de recipientes y envases y cuya consecuencia final es mayor desperdicios. Todas estas actividades conllevan, directa o indirectamente, a un mayor consumo de energía.
A continuación un conjunto de consejos y sugerencia para minimizar el impacto ambiental:

§ Utilice árboles de navidad “vivos” de tal manera que pueda replantarlos
§ Incorpore LED para iluminar su casa y arbolito
§ Minimice el tiempo de cocción de los alimentos
§ Utilice recipientes y papel de envoltorios reciclables
§ Reduzca las horas de encendido de las “luces navideñas” y reutilice adornos de otras navidades
§ Cuando salga de su casa u oficina, apague las luces navideñas
§ Reduzca el número de luces en su decoración
§ Elija juguetes y regalos fabricados con materiales duraderos y ecológicos
§ Clasifique y ponga los desperdicios en su lugar
§ Incorpore la tarjeta de navidad electrónica y use email para sus felicitaciones
Dentro de sus proyectos personales para el próximo año, no deje a un lado sus acciones para contribuir con el mejoramiento del ambiente. Ayude a crear “Consciencia Ecológica” a familiares y amigos. Así todos ganamos.

1 comentario:

Anónimo dijo...


La celebración de la Navidad es un momento especial que nos invita a reflexionar sobre la importancia de la armonía y el respeto hacia nuestro entorno. Durante estas festividades, la conexión con la naturaleza y el ambiente se vuelve aún más relevante, recordándonos la necesidad de adoptar prácticas sostenibles. Al agregar la contratación de servicios de gas residencial a la conversación navideña, se introduce un componente positivo y responsable para las celebraciones. Contratar servicios de gas residencial no solo proporciona una alternativa eficiente y versátil para las necesidades culinarias y de calefacción durante las festividades, sino que también contribuye a un ambiente más limpio y sostenible. La combinación de la celebración de la Navidad con la elección de contratar servicios de gas residencial refleja un enfoque consciente y respetuoso hacia el medio ambiente. Esto no solo mejora la eficiencia en el hogar, sino que también destaca la importancia de adoptar prácticas que promuevan un equilibrio entre las festividades y la responsabilidad ambiental. En resumen, al considerar la Navidad y el ambiente, la inclusión de contratar servicio de gas residencial destaca como una manera positiva de disfrutar de las festividades mientras se abogan por prácticas más sostenibles. Esta combinación demuestra un compromiso con la celebración responsable y la preservación del entorno para las generaciones futuras.

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